El encierro transcurrió sin incidentes y ninguna persona resultó herida, tan sólo un joven se llevó un gran susto al escurrirse delante de un astado, que lo embistió con el morro
[J. C. Chinchilla] [ / F. Caballero]
(Fuente: Lanza Digital)
Faltaron árboles, ventanas y puertas a los que agarrarse cuando Estudiante y Medidor lanzaron su primera carrera en las calles de Fernán Caballero en el tradicional encierro al estilo fernanduco, organizado con motivo de las Fiestas de San Agustín.
Los mozos se refugiaban donde podían en unos primeros minutos en los que los toros de Víctor y Marín se mostraron veloces y vigorosos y en los que los resbalones de un animal poco acostumbrado al asfalto le impidieron que lograra enganchar a los primeros recortadores que se atrevían a citar a los morlacos.
Antes de estas primeras carreras, en Fernán Caballero reinaba por encima de todo el ambiente de fiesta, pero se percibía un ligero de nerviosismo que explotaba a la vez que los cohetes que anunciaban la salida de los animales. Los primeros gritos de los espectadores no se hicieron esperar y sonaron al compás de la carrera de unos grandes toros negro zaino, grabados con el número 26 para Estudiante, el de mayor tamaño, y 22 para Medidor.
Grandes recortes pudieron observarse en la primera fase del encierro. Los toros respondían cada vez con más seguridad al quite de los fernanducos conforme se habituaban a un asfalto que poco a poco erosionaba sus pezuñas.
Según pasaban los minutos, los toros empezaban a perder la fuerza y el vigor que los caracterizó en su salida y comenzaron a juntarse en medio de la calle General Herrera, donde pasaron la mayor parte del encierro.
Allí, protegiéndose las espaldas uno a otro, Estudiante pegó el susto de su vida a un joven que se escurrió cuando corría por delante del astado y cayó al suelo. Durante décimas de segundo, el silencio se hizo en la calle, el toro se arrancó y por suerte tan sólo dio con el morro al joven, al que lo elevó unos centímetros del suelo y que consiguió levantarse con la ayuda de los compañeros, con el miedo en el cuerpo y varios raspones en las piernas por el asfalto. Fue el gran susto del día, en un encierro que transcurrió sin incidentes dignos de mención.
Aunque también pasaron sus ratos de apuro algunos miembros de la peña Tendido 13, en los que Estudiante se cebó en varias ocasiones con una puerta de la calle General Herrera, en donde ellos estaban. Mientras tanto otros enganchados como podían al lado, en una ventana, clamaban a sus compañeros que no llamaran más al toro.
Toreros y futbolistas
Pasaban los minutos y las respuestas de los animales disminuían, hasta que un vecino de Malagón logró arrancar los “olés” de los espectadores. En dos ocasiones logró hilar varios pases con su deshilachado capote al mismísimo estilo del diestro José Tomás: bien pegado, sin miedo y, para concluir, retando al toro de rodillas como un auténtico profesional.
Otro compañero suyo de mayor edad también probó. Con el capote estirado se acercaba poco a poco a los toros, pero éstos rehuían. En varias ocasiones lo intentó y en una logró que se arrancará el astado, pero se escurrió y dio con el morro en el suelo (menos mal).
La nota cómica del encierro la protagonizaron los mismos toros. Alguien soltó un gran balón de fútbol en la calle y Mirador comenzó a cabecearlo al grito de “gol” de los fernanducos. Ya cansado, y con las carcajadas en el ambiente, pasó la pelota a Estudiante, que con rabia la cabeceó y explotó.
Ya para animar el encierro salió a la calle el tradicional carro y desde allí los mozos lograron sacar nuevas carreras a los toros.
Caía la tarde y sobre las nueve comenzó la tarea de dar muerte a los astados. El primero fue Estudiante, que cayó al final de la calle General Herrera, y después, no sin dar guerra y despedirse dando simpáticas carreras, Mirador, que murió en la calle Macario Dorado, dando por finalizado el encierro de las Fiestas de San Agustín 2007.
La celebración concluirá hoy con la solemne función religiosa de infraoctava en honor al patrón a las 12:00 horas. Después a las 21:00 horas tendrá lugar la solemne procesión de San Agustín, que finalizará con la quema de fuegos artificiales y una traca final. La noche la cerrará la orquesta Jocker.